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¿Un Estado que vela por el bien común?

La clase pasada, previo a trabajar con el texto “Neoliberalismo: breve historia del infierno”, nuestro docente decidió hacer un análisis entre todXs respecto a los estados-nación. Luego de haber trabajado las tesis de Dussel, con las cuales pudimos hacer foco en la corrupción del poder por parte de las instituciones estatales, al creerse sede del poder popular, y por parte nuestra, como pueblo, al no hacer valer nuestro poder, era útil poder hacer éste análisis respecto al estado y nuestra relación con el mismo.
Venimos hablando tambien de las diferentes lógicas con la que se pueden analizar las políticas publicas pero, mas alla de eso, las políticas publicas se determinan cuando se encuentra una necesidad en el pueblo. Obviamente, tenemos necesidades individuales pero también en forma de grupo. Por ejemplo, si yo vivo en Adrogue y me cortan la luz 5 veces a la semana, o una calle esta muy rota, o hay mucha inseguridad en el barrio; voy a querer que me resuelvan estos problemas. Mi necesidad es esa, al igual que mis vecinxs. Entonces ahí ya seria un problema de la mayoría de las personas de Adrogue. Nuestro interés personal se transformo en un interés sectorial. Este interés sectorial busca llegar a un Bien Comun, y el único nexo entre nuestros intereses y el bien común es la burocracia estatal, el Estado.
En primer lugar, es clave entender y pensar al estado con una perspectiva histórica y gradual. Los estados-nación, tal como los reconocemos hoy en día, no son algo de siempre, son producto del devenir histórico, social, económico y cultural, del territorio propio y del mundo en general.  Los actuales estados-nación tienen un vínculo directo, imposible de disociar, con el capitalismo, no son posibles las relaciones capitalistas en sociedades no estaduales. “La amplia mayoría de los Estados en la actualidad tienen sesgo capitalista, es decir que, a través de dicha relación de dominación, defienden y naturalizan la relación capital-trabajo (la mayoría de las personas no tiene otra alternativa que vender “voluntariamente” su fuerza de trabajo a otras que tiene la capacidad para comprarla) como la única forma posible de organización social”.
Pero también es importante reconocer que los estados-nación son una relación social de dominación, en cuanto que estos tienen instituciones (y personas que conforman esas instituciones) a través de las cuales se materializa dicha dominación. Esta materialización del estado es lo que llamamos “burocracia estatal”.  Nosotrxs, el pueblo, no podemos hacer todo lo que queremos: nuestro accionar responde a esta burocracia. Esta dominación está avalada por ciertos atributos que los estados-nación poseen: el monopolio del uso de la violencia física legítima (aparato represivo estatal -policía y otras fuerzas-); recursos económicos controlados, ya que tienen la capacidad de extraer recursos mediante impuestos y poseen el monopolio de la emisión monetaria; control de la información y el conocimiento que se difunde; y lo mas importante, el control ideológico, que permite la naturalización de la relación de dominación.
El Estado garantiza leyes para lxs ciudadanxs, lxs trabajadorxs, lxs estudiantes, pero es el mismo Estado también el que las viola. Una forma de dominación es otorgándoles, a lxs dominadxs, derechos, leyes o cualquier cosa para que sientan que son libres; cuando en realidad no lo son. Vivimos en este mundo creyéndonos que somos libres pero hay muchas restricciones impuestas por el sistema capitalista que no deberían existir; pero al tener tan naturalizado esta forma de dominación ni nos preocupamos, casi que ni la notamos.
¿No te llama la atención que (no importa si terminaste el colegio en una escuela publica o privada) el Estado es el encargado de avalarte el titulo? Esto no es nada mas ni nada menos que una forma de controlar a cada individuo, controlar su información, su vida. El celular es la mejor forma de que ellxs sepan quien sos, donde estas, con quien hablas. Los medios de comunicación están controlados por ellxs. Los medios te informan de noticias (no tan importantes) que pasan en Argentina o en el mundo, cuando en realidad están encubriendo otra noticia que no quieren que el mundo se entere de ellas.
Ahora bien, reconociendo todo esto, ¿cómo es que seguimos “cediendo” el poder al Estado? Simplemente porque, como habíamos trabajado en la entrada de las Tesis de Dussel, necesitamos asegurar el bien común. Por lo tanto, el nexo necesario entre los intereses individuales y el bien común debería ser la burocracia estatal. Pero algunos autores plantean la posibilidad de que ese bien común sea en realidad una ficción que encubre la verdadera realidad de las relaciones capitalistas. Las teorías liberales o neoliberales plantearán que si ese bien común es finalmente solo para algunxs, no es por una falla de la burocracia estatal como nexo, sino que es una “desviación”. Pero ¿y si efectivamente es el estado el que falla? ¿Podrían las mismas contradicciones del capitalismo reflejarse en los estados?
La burocracia estatal no es para nada neutral en su nexo hacia el bien común, está corrompida: las instituciones y personas que la conforman tienen intereses personales que se vinculan a cada momento histórico-social particular. Eso es lo que nos permite entender el origen de las políticas públicas. En clase muchxs dijimos que estas medidas surgen ante necesidades o urgencias de la sociedad, pero en realidad, son producto de luchas y disputas dentro de un campo en el que se encuentran la misma sociedad civil, el gobierno, los medios de comunicación, la Iglesia, grandes grupos económicos, sindicatos, movimientos sociales, etc. Cada uno de ellos está pujando y velando por sus propios intereses personales o sectoriales y sus beneficios. El objetivo de estas disputas es lograr que el problema o necesidad sectorial entre en la agenda estatal, para que finalmente el estado lo reconozca como un problema. La Agenda Estatal es la agenda en donde se encuentran (o se deberían encontrar) los problemas de todos los distintos sectores. Mientras mas arriba de la lista este tu problema, mas rápido lo van a resolver; de lo contrario, si tu problema es uno de los últimos en la lista de “Problemas a Resolver” directamente lo descartan de la Agenda Estatal y vuelve a quedar como un problema del sector y no del Estado. La clave está en ascender hasta el primer lugar de la agenda estatal y eso depende de los recursos de los sectores que la impulsan y también del resto de los sectores que quieren desplazarla para ser ellos quienes ocupen el primer lugar.  
Es por todo esto que consideramos que el ojo crítico tiene que recaer en la falsa idea de bien común. Es iluso de nuestra parte creer que la burocracia estatal, corrompida, que deja de cumplir con su deber de poder obediencial, vela por el bien común de la sociedad. Seamos capaces de reconocer que en un contexto neoliberal, no existen medidas en pos de garantizar el bienestar general, sino más bien, medidas que benefician a ciertos sectores que son los que manejan los hilos. En la teoría neoliberal, no existe el pensar en el otrx, siempre prevalecen los intereses personales. En un sistema basado en la meritocracia no hay lugar para extender una mano, porque se da por cierto que “se llega lejos, solo con el propio esfuerzo”.
Nota escrita por nuestro docente, Carlos Andujar, sobre lo trabajado en clase: www.marcha.org.ar/el-estado-como-arena-de-lucha/

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