Para abordar la llegada del Neoliberalismo a nuestros tiempos, vimos en clase un extracto del documental “La doctrina del shock”, para el cual, previamente, realizamos un recorrido histórico sobre las transformaciones que fueron sufriendo los estados-nación para ser lo que conocemos hoy en día.
Directamente ligados al capitalismo, los estados-nación, comenzaron siendo liberales, básicamente fortaleciendo la propiedad privada y las libertades individuales. Luego de la crisis económica en EE.UU. en 1929, las luchas sociales se volvieron cada vez más fervientes y el estado liberal no daba soluciones. Así es como se da lugar a la teoría económica de Keyness, donde propone la intervención estatal en la economía. Con el correr del tiempo y con la intensificación de las luchas y movilizaciones anarco-sindicalistas, estos estados van cediendo derechos. De esta forma, los estados en principio liberales, se van transformando en lo que denominamos Estados Benefactores.
Paralelamente, comienzan a surgir también los estados socialistas y comunistas, que directamente proponen la eliminación de la propiedad privada. Ante la presencia real del comunismo (o lo que quisieron mostrar como “amenaza”), el poder liberal se ve tentado a cederles derechos a los movimientos sociales, ya que saben que si estas luchas anarco-sindicalistas, comienzan a presionar más aún, el estado puede volverse socialista. Esto fomenta aún más el desarrollo de los Estados Benefactores, que se terminan de consolidar entre las décadas del 40 y 60. Así es como, a principios del siglo XX, las naciones modernas se conforman bajo estos dos tipos de estados.
Pero, ¿cómo es que, de esos Estados Benefactores y Comunistas llegamos a la presencia de estados-nación con ideas y prácticas neoliberales (como hoy en nuestro país)? Milton Friedman, alumno de Hayek (padre de las ideas neoliberales y autor de “El camino a la esclavitud”, haciendo referencia a la intervención estatal), decía durante esta época de apogeo del Estado de Bienestar y en paralelo a las ideas de Keyness: “Sólo una crisis –real o percibida– da lugar a un cambio verdadero. Cuando esa crisis tiene lugar, las acciones que se llevan a cabo dependen de las ideas que flotan en el ambiente. Creo que ésa ha de ser nuestra función básica: desarrollar alternativas a las políticas existentes, para mantenerlas vivas y activas hasta que lo políticamente imposible se vuelve políticamente inevitable”. Esas alternativas, por supuesto, eran ni más ni menos que el neoliberalismo.
Si bien la teoría económica keynesiana había sido favorable, no pudo dar batalla con el aumento de la inflación que sufrió EE.UU. y fue por esa grieta que el neoliberalismo logró imponer las ideas de libertad individual y la auto-regulación del mercado como banderas y dejar como enemiga a la intervención estatal.
El documental nos mostró cómo las ideas neoliberales se instalaron por primera vez en el mundo de la mano del General Pinochet, durante su dictadura en Chile. Con Friedman dando ideas desde EE.UU., Chile fue el “experimento” de aplicación de esta teoría económica y el país que daría lugar a que el neoliberalismo se esparza por América Latina y luego por el resto del mundo. Quien siguió inmediatamente los pasos chilenos fue justamente nuestro país, también durante la dictadura cívico-militar. Ese denominador común, los gobiernos de factos, nos permiten reconocer lo que Friedman plantea: ante una crisis, real o ficticia, las ideas neoliberales deben estar pululando para que sean tomadas como herramienta para salir de esa crisis.
Mientras los estados liberales de fines del siglo XIX y principios del siglo XX se transformaron en estados benefactores dando derechos, el neoliberalismo por su parte, necesita para instalarse reducir (quitar) derechos. Ningún pueblo dejaría que eso pasase, por eso, estos estados necesitan cierta hegemonía ideológica para convencerlos.
“La hegemonía del mercado se construyó mediante la reinstauración del viejo modelo de Estado gendarme liberal pero en nuevo contexto, la globalización, signada por las nuevas tecnologías de la comunicación y de la información. Asimismo las recomendaciones (imposiciones) del Consenso de Washington para los países de América latina y el “fin” de la alternativa comunista con la caída del muro de Berlín, constituyeron un escenario inmejorable para la imposición de la ideología neoliberal y las necesarias reformas: apertura comercial, libertad de empresa y comercio, desregulación financiera y libre flujo de capitales, privatizaciones y flexibilización laboral.” (1)
Leyendo algunas de las notas del blog de nuestro docente Carlos Andujar (descolonizarlamirada.blogspot.com), nos encontramos con una nota sobre la deslegitimación de la lucha de lxs trabajadorxs: “El discurso dominante afirma que los aumentos de salarios provocan inflación. De esa manera se busca deslegitimar la lucha salarial para mejorar el ingreso de los y las trabajadores.” (2)
La nota plantea que, siguiendo ese razonamiento, no tiene sentido pedir un porcentaje de aumento de salarios mayor en las paritarias, porque luego eso se vería reflejado en los precios y nuevamente los salarios no serían suficientes. Esto nos recuerda a lo que hablamos en torno a la hegemonía en posteos anteriores. Y como decíamos recién, el neoliberalismo necesita de esta hegemonía para instaurarse. “De este modo, si se considera que la principal causa de la inflación, cuando no la única, es el aumento de los salarios, resulta necesario, y así sucede, crean discursos que expliquen la “insensatez y la sinrazón” de los reclamos salariales. Se esgrimen entonces, razones de otra índole para explicar la protesta de las organizaciones laborales.” En este orden, la nota expresa que hay situaciones en las que se publican los salarios de esxs trabajadorxs en lucha para promover la división ciudadana y dando lugar a conocidas expresiones como “¿De qué se quejan con lo que ganan?”.
Esto sigue la línea de lo realizado en torno a las paritarias docentes (año 2017), cuando el gobierno de la provincia de Buenos Aires publicó un promedio del salario que cobraban los docentes en aquel momento. Si analizamos esto con un poco de mirada estadística, caerá de maduro que un promedio jamás hubiera sido representativo cuando había docentes cobrando por debajo del mínimo (o teniendo que tomar muchas horas para alcanzar en salario mínimo) y algunos pocos cobrando muy por encima del mínimo. Claramente el promedio dejaría afuera a lxs muchxs que cobraban poco. Pero la sociedad en en general solo consume los titulares de los medios hegemónicos de comunicación y no hay lugar para el análisis. De esta forma, medidas neoliberales como el ajuste o “techo” a las paritarias, que implican un recorte en los derechos de lxs ciudadanxs, lamentablemente terminan por aceptarse.
(1) https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/cash/40-9597-2016-09-04.html
(2) https://www.pagina12.com.ar/120517-desafio-al-sentido-comun
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